La investigación por el triple crimen de Florencio Varela, en el que fueron asesinadas Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, sumó en las últimas horas dos nuevos prófugos. La Policía Bonaerense, coordinada por los fiscales del caso, busca intensamente a David Gustavo Morales Huamani, alias “Tarta” o “El Loco David”, y a Alex Roger Idone Castillo, conocido como “Alex” o “Diego”. Ambos son de nacionalidad peruana y tendrían vínculos con bandas narco que operan en el sur del conurbano bonaerense.

Las identidades de los prófugos surgieron a partir de la declaración de Víctor Sotacuro Lázaro, uno de los nueve detenidos en un hostel de Villazón, Bolivia, tras cruzar la frontera de manera ilegal. Según su testimonio, Morales Huamani y Idone participaron directamente en el secuestro y asesinato de las jóvenes.
Morales Huamani, de 36 años y oriundo de Trujillo, Perú, habría sido uno de los sicarios contratados por “Pequeño J”, presunto autor intelectual de la masacre actualmente detenido en Perú. Sotacuro relató que lo vio salir “mojado y embarrado” de la casa donde ocurrieron los asesinatos.
El testigo detalló que “Tarta” lo contactó el 19 de septiembre para trasladarlo a una supuesta “fiesta peruana”, pactando el viaje por $40.000. Al llegar, vio a David acompañado de otros dos hombres, todos con ropa embarrada y olor a alcohol, nerviosos y violentos. Morales Huamani incluso se cambió de ropa dentro del auto y desechó la vestimenta manchada en un contenedor, pagando luego $600.000 en efectivo a Sotacuro. La camioneta utilizada para el secuestro, una Chevrolet Tracker blanca, pertenecía a Morales Huamani y había sido robada días antes.
Por su parte, Alex Roger Idone Castillo, de 50 años, es señalado como presunto amante de Milagros Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro detenida, y habría colaborado en la planificación y apoyo logístico del triple crimen. Idone tiene una captura internacional por un caso anterior de narcotráfico, relacionado con 51 kilos de cocaína, y recientemente ingresó al país, aunque se desconoce cómo evadió los controles fronterizos. Se sospecha que se desplazó por zonas de la Villa 1-11-14 y Villa Zavaleta, frecuentadas por varios implicados.
Los investigadores consideran que las jóvenes fueron víctimas de una “mejicaneada”, un ajuste de cuentas vinculado al robo o pérdida de drogas. Esta hipótesis se refuerza con las declaraciones que indican que Morales y Idone actuaban bajo las órdenes de “Pequeño J”.
Durante la jornada, la Policía realizó allanamientos en la Villa 1-11-14 en busca de los prófugos, mientras los fiscales reconstruyen el rol exacto de cada involucrado. Hasta ahora, se estima que unas quince personas participaron, de manera directa o indirecta, en este crimen que conmocionó a Florencio Varela.




