La Cámara de Diputados de Argentina aprobó una reforma que regula el tratamiento de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) emitidos por el Poder Ejecutivo, aunque introdujo cambios que obligan a que la norma pase por el Senado para su sanción definitiva.
La reforma tuvo 140 votos a favor, 80 en contra y 17 abstenciones.
«Resulta afirmativo, se pasa al tratamiento en particular», anunció el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem.
El oficialismo logró retrasar la sanción de la ley al evitar que la Cámara Baja alcanzara la mayoría absoluta para avalar un artículo de la norma, el número 3, que otorgaba al parlamento un plazo de 90 días para pronunciarse sobre los decretos, pues caso contrario, quedan rechazados de forma automática.
Por ese artículo rechazado con 127 votos a favor, 90 en contra y 7 abstenciones, la ley deberá volver al Senado, que podrá insistir con el proyecto original, aunque el Gobierno ya ha advertido que la vetará si es sancionada.
La reforma al Régimen Legal de los Decretos de Necesidad y Urgencia, que recibió media sanción del Senado el 4 de septiembre, modifica una legislación vigente desde 2006, impulsada por la entonces senadora y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
La normativa establece que cada DNU debe abarcar un solo tema y no puede incluir disposiciones heterogéneas.
La ley, a la que el Gobierno de Javier Milei se opuso y que ya anticipó que vetará, pese a que no tiene costo fiscal, obliga al Poder Ejecutivo a reunir en su favor a la mayoría absoluta de los legisladores presentes en las dos cámaras del Congreso para sostener la validez de los decretos presidenciales.
Al inicio de la sesión, un diputado opositor Facundo Manes denunció que antes del plenario el titular de la Cámara Baja lo había amenazado para que no se lograra el quórum (el número mínimo de legisladores que debe haber en el recinto para que empiece la sesión, que son 129), y que le advirtió que empezaría «una operación de prensa brutal» contra él.
Al demorar la sanción de esta ley, la actual gestión logra tiempo a menos de tres semanas de las elecciones parlamentarias nacionales que renovarán de manera parcial las dos cámaras del Congreso.
El Ejecutivo se encuentra en uno de sus momentos de mayor vulnerabilidad, a cuatro días de que renunciara su principal candidato a diputado para estos comicios en el principal distrito del país, la provincia de Buenos Aires (este), José Luis Espert.
El legislador, que además renunció el lunes a la presidencia en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, solicitó hace unas horas una licencia de su escaño hasta el 8 de diciembre, a dos días de que termine su mandato y se renueven las dos cámaras del Congreso según el resultado de las elecciones.
El Gobierno asiste a una serie de derrotas parlamentarias que exponen su fragilidad en el Congreso mientras todo el equipo económico se encuentra en Washington desde el fin de semana para negociar un salvataje financiero de EEUU a fin de intentar calmar la creciente inestabilidad financiera que enfrenta el país desde hace semanas.
La semana pasada, el Senado logró que prevalecieran la Ley de Financiamiento Universitario y otra normativa que declara la emergencia pediátrica, destinada a garantizar los fondos del Hospital Garrahan, el centro de referencia en el país para esta especialidad, al rechazar los vetos de Milei con el respaldo de más de dos tercios de los votos. (Sputnik)