Viajar en el tiempo no es exclusivo de la ciencia ficción. Cada día, en el mundo real, este fenómeno ocurre gracias a los husos horarios, que permiten a los viajeros retroceder o avanzar en el calendario al cruzar ciertas rutas aéreas.
Un ejemplo sorprendente ocurrió el 1 de enero de 2025 con un avión de la aerolínea Cathay Pacific, que despegó del Aeropuerto Internacional de Hong Kong a las 00:38 horas del nuevo año. Sin embargo, tras un trayecto transoceánico, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el 31 de diciembre de 2024 a las 20:01, según los registros del portal especializado Flightradar24.
La magia de los husos horarios
Este “viaje en el tiempo” es posible gracias a la Línea Internacional de Cambio de Fecha, ubicada en el Océano Pacífico. Al cruzarla de oeste a este, los pasajeros regresan al día anterior, creando la sensación de haber retrocedido en el tiempo.
Para muchos, este fenómeno es solo una curiosidad geográfica, pero en vuelos transoceánicos puede convertirse en una experiencia desconcertante, especialmente cuando coincide con fechas significativas, como el cambio de año.
Un detalle fascinante para los viajeros frecuentes
La experiencia de “vivir dos veces el 31 de diciembre” no es nueva, pero no deja de maravillar a quienes la experimentan por primera vez. Para los pasajeros de este vuelo, el cambio implicó celebrar dos veces el final del 2024, una peculiaridad que seguramente quedará como anécdota inolvidable.
Por otro lado, estos viajes pueden confundir a quienes no están familiarizados con los husos horarios, ya que implica ajustar relojes, itinerarios e incluso planes personales al nuevo calendario local.
Un fenómeno que conecta ciencia y experiencia humana
Aunque no haya máquinas del tiempo involucradas, estos vuelos nos recuerdan lo relativo que puede ser el tiempo dependiendo de nuestra posición en el planeta. En este caso, el vuelo de Cathay Pacific se convierte en un ejemplo perfecto de cómo las reglas del calendario pueden parecer desafiadas por un simple trayecto aéreo.
Así, mientras para algunos volar significa desplazarse físicamente entre lugares, para otros puede ser una forma de viajar, aunque sea por unas horas, en el tiempo.