Con el 96 por ciento de los votos escrutados, Orsi, considerado delfín político del expresidente José «Pepe» Mujica (2010-2015), sumaba el 49,03 por ciento de los votos, mientras que su rival, el oficialista Álvaro Delgado, candidato de la coalición de centroderecha, alcanzaba el 45,27 por ciento.
En la primera vuelta del 27 de octubre, Orsi obtuvo 43 por ciento de los sufragios, y Delgado un 26 por ciento.
En Uruguay, para ganar en primera vuelta se necesita el 50 por ciento más uno de los votos válidos.
NUEVO LÍDER
Orsi ganó protagonismo en la política nacional en los últimos años y forma parte de la nueva camada de líderes que el Frente Amplio busca a toda costa ante la muerte de históricos referentes, como el dos veces presidente (2005-2010/2015-2020) Tabaré Vázquez y el exministro de Economía y exvicepresidente Danilo Astori, y el delicado estado de salud de Mujica.
Mujica, quien participó activamente de la campaña de Orsi, previo a bajar el perfil por su estado de salud, lo define como un nuevo líder capaz de entender y traducir las dinámicas sociales y políticas más allá de la capital.
Su liderazgo quedó plasmado en las elecciones internas del Frente Amplio, donde venció por una amplia diferencia a quien fuera intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, que lo acompañó en la fórmula presidencial.
Orsi ejerció durante una década como secretario general de la Intendencia de Canelones y fue electo intendente por primera vez en 2015.
En 2020, renovó su mandato con un respaldo en las urnas del 60 por ciento del electorado y en febrero de este año renunció para lanzar su candidatura presidencial.
Durante el primer tramo de la contienda electoral fue blanco de lo que denominó «una campaña sucia», tras ser denunciado por una agresión sexual a una mujer trans que habría ocurrido hace más de diez años, una acusación que luego se confirmó que fue falsa e ideada por una militante del Partido Nacional conocida como Romina Celeste.
La denuncia, que salió a luz en plena campaña para las elecciones internas con Orsi liderando la intención de voto, fue vista por muchos como un intento de desacreditarlo y afectar el clima electoral.
Líderes de todos los partidos expresaron su respaldo a Orsi y rechazaron la divulgación de noticias falsas en el contexto electoral.
HONESTIDAD
En su campaña, Orsi prometió que un Gobierno suyo buscará ser noticia a nivel mundial por «su honestidad y no por los escándalos», en una clara referencia a la actual administración de Luis Lacalle Pou.
El actual Gobierno enfrentó diversos escándalos, desde una trama de pasaportes falsos que funcionaba desde el edificio de la Presidencia, hasta denuncias de espionaje y otros casos de corrupción que salpicaron a integrantes del Poder Ejecutivo o a personas cercanas al presidente.
Quizás el mayor escándalo fue el relacionado a la entrega de un pasaporte al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, señalado, entre otros varios delitos, como posible autor intelectual del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, ocurrido en mayo de 2022 en Colombia.
Marset estuvo preso en Dubái a fines de 2021 por portar un pasaporte paraguayo falso y pudo salir en libertad meses después gracias a la entrega de un pasaporte uruguayo.
La emisión de este pasaporte derivó en un escándalo político en Uruguay, por el que tuvieron que dejar su cargo el canciller, Francisco Bustillo, y el ministro de Interior, Luis Alberto Heber, además de sus respectivos subsecretarios.
Asimismo, Orsi se presentó como un candidato que aboga por el diálogo y la unidad de todos los uruguayos y uruguayas.
«Venimos a unir al país, a unir a esas partes que a veces aparecen como separadas, unir el campo con la ciudad, el interior con la capital, la agropecuaria con la industria, la ciencia con la producción, el trabajo con la alegría y la vida con la felicidad», dijo en el marco de su campaña.
En su discurso de victoria reiteró que llamará a un diálogo nacional y pidió a los partidarios de la coalición trabajar juntos.
Orsi llamó a «encontrarse como país» y señaló que ese encuentro incluye el «compromiso intacto» de encontrar a los desaparecidos por la última dictadura cívico militar que gobernó el país entre 1973 y 1985.
La agenda del Frente Amplio para un nuevo Gobierno, según su programa, se enfoca en tres pilares fundamentales: promover el crecimiento económico, atender los problemas de seguridad pública y fortalecer y reformar el sistema de protección social.
DEL CAMPO A LA PRESIDENCIA
Orsi nació el 13 de junio de 1967 en la zona rural de Canelones; su hermana, siete años mayor, fue quien le enseñó a leer y a escribir.
A los cinco años dejó el campo junto con su familia para vivir en el barrio Tres Esquinas, en la ciudad de Canelones.
Según contó en varias entrevistas, en su casa no se hablaba de política y solamente sabía de algunas prohibiciones establecidas por la dictadura.
Fue a través de sus compañeros de secundaria, de la música de los cantautores Alfredo Zitarrosa y Daniel Viglietti, y de la literatura, que comenzó a interesarse en la política.
Comenzó la militancia en el Frente Amplio, a la salida de la dictadura, y en 1989 se enroló en el MPP, el sector que lidera Mujica.
Durante 22 años trabajó en el almacén de sus padres en la ciudad de Canelones, alternando con el estudio y la docencia.
Estudió Historia en el Instituto de Profesores Artigas en Montevideo (donde se forman los docentes de Educación Secundaria) y ejerció la docencia en diversos establecimientos educativos de los departamentos de Canelones, Florida y Maldonado hasta el año 2004.
Según cuenta, lo que más le gustaba dejar en sus alumnos era la «problematización de la historia y que ellos empiecen a buscarle la vuelta».
Además, fue bailarín de folclore y en ese rol recorrió varios países de la región durante 11 años.
Orsi se describe a sí mismo como un «buen bailarín» y un excelente cocinero, así como una persona que siempre busca razones para celebrar como una «excusa para juntarse» con la familia y amigos.
Aunque su padre y su entorno en la niñez eran hinchas del Club Nacional de Football, él se enamoró del tradicional rival, el Club Atlético Peñarol, una pasión que mantiene hasta hoy.
Tras la primera vuelta, Orsi anticipó que de ser electo seguiría los pasos de Mujica y Vázquez y se quedaría a vivir en su hogar del balneario de Salinas, a unos 50 minutos de la capital, y no en la residencia oficial.
Para él, su familia, especialmente sus hijos mellizos y su esposa Laura, son su «cable a tierra» y el pilar que lo mantiene conectado y enfocado en su camino a ser el presidente de todos los uruguayos y uruguayas. (Sputnik)