Un nuevo paro de un sindicato aeronáutico afecta este jueves a la actividad en 27 aeropuertos del país, mientras que otros dos gremios resolverán esta tarde cómo continuarán con sus medidas de fuerza. Será una jornada difícil para los pasajeros, pero la mala noticia es que se repetirá en las próximas semanas: sigue sin haber diálogo entre las organizaciones gremiales, el Gobierno y Aerolíneas Argentinas.
La huelga es realizada por los trabajadores de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), agrupados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), desde las 6 y hasta las 12, y entre las 17 y las 22, donde sólo se garantizarán los vuelos sanitarios, humanitarios y de aeronaves del Estado.
“Esta medida de fuerza se da en el marco de acciones de despidos, del proceso de transferencia de funciones y todo sin ningún marco de diálogo establecido que nos permita transitar esta etapa sin conflicto”, dijo el secretario general de ATE/ANAC, Marcelo Belelli, pero desde el Gobierno aclararon que la protesta “no tiene relación con el trabajo de los controladores aéreos ni incidencia con la seguridad operacional en los aeropuertos”. “De momento, no se verán interrumpidos los servicios en aeropuertos gracias a la esencialidad en transporte aéreo”, se afirmó en un comunicado.
Según Belelli, el paro no afectará la operación del control aéreo de las terminales, pero sí “los servicios que complementan a la torre de control”. “Estamos en áreas administrativas, reglamentarias, de fiscalización y gestión de licencias aeronáuticas, y en áreas operativas como el servicio de control terrestre de los aeropuertos, el servicio de sanidad aeronáutica y de extinción de incendios”, dijo.
Al mismo tiempo, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) realizarán esta tarde, por separado, asambleas de trabajadores para resolver si continuarán con las medidas de fuerza, que pueden consistir en nuevas huelgas de 24 o 48 horas o una variante: paralizar las tareas en los centros de capacitación de los pilotos y auxiliares de a bordo, lo que afectará el servicio en cierto plazo porque no habrá personal con permisos para trabajar.
“Vamos a seguir protestando porque no nos dejan otra alternativa; el Gobierno no quiere negociar, no nos hace ninguna oferta y apuntan a cerrar la empresa”, dijo a Infobae un dirigente de sector.