Al explicar cómo surgió su iniciativa, Sandra mencionó que en 2020 observó a una joven de la zona norte recolectando juguetes para restaurar y donar en el Día del Niño. Inspirada por esta idea, decidió contribuir de una manera diferente: restaurando muñecas. Comenzó comprando lotes en la Saladita y recibiendo donaciones de la comunidad.
Algunas muñecas llegaban en mal estado, sin ojos o manchadas, pero Sandra las restauraba con cariño, añadiendo detalles como pintura, gorras y mensajes especiales como «Te amo» en una patita, transformando así lo deteriorado en algo hermoso y significativo.
Ahora necesita que le donen 50 papel celofán para poder envolver a las muñecas.