Dick Cheney, quien se convirtió en el vicepresidente más influyente de la historia estadounidense y arquitecto de la invasión a Irak, falleció a los 84 años. Su familia confirmó que murió debido a complicaciones de neumonía y enfermedades cardíacas.

Una carrera política excepcional
Cheney desarrolló una de las carreras políticas más largas e influyentes en Washington:
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Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (el más joven en la historia)
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Congresista por Wyoming
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Secretario de Defensa durante la Guerra del Golfo
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Vicepresidente con George W. Bush
El vicepresidente que redefinió el cargo
Durante su vicepresidencia (2001-2009), Cheney transformó un cargo tradicionalmente ceremonial en una posición de poder real. Fue el principal promotor de:
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La invasión a Irak en 2003
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Las polémicas medidas de vigilancia masiva post-11S
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Técnicas de interrogatorio reforzado a sospechosos de terrorismo
Salud y legado controversial
Cheney sobrevivió a cinco infartos y recibió un trasplante de corazón en 2012. Hasta sus últimos días mantuvo sus convicciones políticas, defendiendo decisiones que muchos consideraron controversiales.
En un giro político significativo, en sus últimos años se distanció del Partido Republicano para criticar a Donald Trump, llegando a anunciar que votaría por la demócrata Kamala Harris en lugar del expresidente.
Familia y últimos años
Le sobreviven su esposa Lynne, con quien estuvo casado 59 años, y sus dos hijas: Liz Cheney -quien siguió sus pasos políticos- y Mary Cheney. La familia lo describió como «un noble gigante» que enseñó a sus hijos «a amar a nuestro país».




