«En la ruta, les pedimos a nuestros compañeros que lleven comida, que lleven manta. La situación es crítica; hay quienes tienen ropa mojada y no pueden cambiarla», relató García, visiblemente preocupada por el agotamiento físico y emocional del personal. «Trabajamos sin descanso, las 24 horas, adaptándonos como podemos a las adversidades del clima y las distancias enormes».
Los costos elevados en la región también complican las operaciones de Vialidad Nacional, exacerbando una situación ya de por sí difícil. «Es mucho más caro trabajar aquí, y eso nos afecta», señaló García, haciendo hincapié en la urgente necesidad de recursos adicionales para mantener las operaciones en marcha.
La reciente tormenta, fuera de lo habitual, ha agravado aún más la situación. «Necesitamos más personal; no podemos permitirnos despidos en este momento crítico», subrayó García. A pesar de todo, los trabajadores continúan comprometidos con su labor, buscando soluciones creativas para superar las adversidades.