Aerolíneas Argentinas anunció la suspensión de los vuelos entre Río Cuarto y Buenos Aires, desde el 21 de abril hasta el 30 de junio. Esta decisión, fundamentada en razones comerciales debido a la baja demanda en temporada baja, generó opiniones divergentes.
Mientras las autoridades de Aerolíneas Argentinas señalan que la baja de rutas se debe a la disminución estacional de la demanda, los gremios expresan una opinión diferente, apuntando a la «falta de aviones». Esta situación afectará a numerosos pasajeros que utilizan esta escala, la cual no estará disponible hasta nuevo aviso.
El análisis del futuro de la empresa está en manos del Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, quien cuenta con un pasado laboral en la Corporación América de la familia Eurnekián. Se especula sobre una posible privatización de la empresa, previa contracción de sus actividades.
Aunque Aerolíneas Argentinas había retomado los vuelos a Río Cuarto en 2015 utilizando aeronaves Embraer, la disponibilidad limitada de estos aviones ha impedido la continuidad de las operaciones. La adquisición de nuevos Embraer anunciada anteriormente no ha sido suficiente para mantener las rutas operativas.
La suspensión de estas rutas no solo afecta a nivel nacional, sino también internacionalmente, con la interrupción de operaciones en rutas codiciadas como Buenos Aires-Nueva York. Esto ha generado incertidumbre sobre el futuro de otras rutas, como la que une Buenos Aires con Roma.
Además, este recorte de rutas implicó despidos de personal contratado, lo que generó preocupación entre los trabajadores y los gremios.
El futuro de Aerolíneas Argentinas está en debate, con la posibilidad de convertirla en una empresa de cabotaje y vuelos regionales, en asociación con un socio privado, lo que podría incluir a empresarios cercanos a Eduardo Eurnekián.