En una audiencia celebrada en los tribunales de Esquel, Ismael Cerda, procurador de la Fiscalía, formalizó la investigación y solicitó la detención preventiva del acusado por violaciones reiteradas de la prohibición de acercamiento en un contexto de violencia de género. El juez Jorge Novarino ordenó la medida al considerar que no había otra forma de asegurar el proceso.
Según la reconstrucción de los hechos por parte de los investigadores, el 29 de marzo a las 9 de la mañana, el sospechoso, acompañado por otra persona, se presentó frente al domicilio de la víctima y dañó una de las cubiertas del vehículo con un objeto cortante, lo que fue captado por una cámara de seguridad. Esa misma noche, alrededor de las 10:20, regresó al lugar y dañó otra cubierta, además de intentar ingresar a la vivienda mientras sostenía un cuchillo, lo que provocó que la víctima alertara a la policía y el individuo fuera arrestado en el acto.
El agresor ya tenía una orden de restricción dictada por un juez de familia. Los delitos fueron calificados como desobediencia y daño, ambos cometidos en el contexto de violencia de género.
El juez Novarino coincidió con la Fiscalía en que la detención preventiva era necesaria dada la reincidencia del acusado y la gravedad de los hechos. Asimismo, destacó que se trataba de un claro caso de violencia de género. Sobre las condiciones carcelarias, indicó que esa cuestión debe ser abordada por el Poder Ejecutivo, señalando que un juez no puede abstenerse de tomar medidas de coerción por deficiencias en las condiciones de encarcelamiento.