En las últimas horas, se viralizó en redes sociales una denuncia contra Javier Turco, un conductor de Uber señalado por supuestamente acosar a una pasajera mientras prestaba el servicio de transporte.
Ante las acusaciones, Turco publicó una carta en su perfil de Facebook en la que reconoció parcialmente los hechos, pero negó ciertos aspectos.
En su publicación, admitió que estaba viendo pornografía mientras realizaba el viaje, pero afirmó que nunca hubo comportamientos como masturbación, agresión o bloqueo intencional de las puertas del vehículo, como se mencionaba en la denuncia original.
Turco explicó que enfrenta una adicción a la pornografía desde hace años y que actualmente se encuentra en tratamiento, aunque reconoció haber tenido una recaída. “Esta adicción no es distinta a otras, uno nunca se cura”, expresó en su mensaje.
El conductor pidió disculpas públicas tanto a la víctima como a su familia y a los movimientos sociales en los que participa, destacando que sus acciones individuales no deberían poner en riesgo las causas colectivas. “A las víctimas de mis actos pido perdón, no comprensión, no clemencia”, señaló.

La denuncia en redes viralizada
Una joven utilizó las redes sociales para denunciar una grave situación de acoso mientras utilizaba el servicio de Uber. En un relato que rápidamente se viralizó, la denunciante describió el comportamiento inapropiado de un conductor.
“Hola a todos, quería contar esta situación que me pasó ayer para que no le pase a ninguna mujer y tengan cuidado con este viejo”, comenzó el testimonio difundido en redes. Según la joven, el conductor, identificado posteriormente como Javier Turco, tuvo un comportamiento completamente inapropiado desde el inicio del viaje. “Ayer me tomé un Uber y vino esta persona. Cuando me subí al auto, este degenerado me empezó a decir cosas atrevidas, se empezó a masturbar y puso porno”, relató.
La víctima narró que la situación la llevó a entrar en crisis: “Yo entré en crisis y empecé a llorar, le pedí que me dejara bajarme y no destrababa la puerta, hasta que empecé a golpear el vidrio”. Finalmente, pudo salir del vehículo, pero no sin sentir un profundo impacto emocional. “Me arrepiento mucho de no reaccionar mejor porque en el momento solo entré en pánico. Si alguien lo ve, cuídese porque seguramente hace lo mismo siempre. Esta situación es re angustiante para mí, pero no quiero que le pase lo mismo a nadie más”, concluyó.