El Gobierno de Argentina rechazó el viernes la juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela por un tercer mandato consecutivo, y advirtió que trabajará para que el mandatario responda ante la justicia internacional.
«No descansaremos hasta que Maduro y sus cómplices sean llevados ante la justicia internacional para responder por sus actos», sostuvo el ministerio argentino de Relaciones Exteriores en un comunicado.
El Ejecutivo que preside Javier Milei advirtió que profundizará y ampliará su denuncia contra el presidente venezolano, «poniendo a disposición de los organismos internacionales todas las pruebas que evidencian la magnitud de los crímenes cometidos».
«Creemos firmemente que solo a través de la justicia y la condena de quienes han actuado de manera deleznable, el pueblo venezolano podrá encontrar paz, seguridad y esperanza en un futuro democrático», expuso.
La actual gestión reiteró su reconocimiento del excandidato opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela, «en representación de la voluntad soberana del pueblo venezolano, expresada de manera inequívoca en las urnas».
Bajo esta consideración, el Gobierno argentino condenó a la administración de Maduro al afirmar que «mediante el uso de las fuerzas militares y grupos paramilitares, se ha perpetuado ilegítimamente en el poder, sometiendo a su pueblo con prácticas sistemáticas de tortura, persecución y represión».
«Maduro y sus cómplices han demostrado ser violadores seriales de los derechos humanos y responsables de crímenes atroces que han devastado al pueblo venezolano, provocando una profunda división en la sociedad y un éxodo sin precedentes», abunda la nota.
DETENCIÓN DE GENDARME
El Ejecutivo argentino, cuyo presidente recibió el sábado a González Urrutia en la sede de Gobierno, en Buenos Aires, recordó también la detención y procesamiento en Venezuela del gendarme argentino Nahuel Gallo desde el 8 de diciembre, procesado por supuestos vínculos con acciones terroristas.
«La situación del gendarme argentino Nahuel Gallo, quien permanece detenido de manera ilegal y bajo condiciones inhumanas, es una muestra más del desprecio del régimen de Maduro por la vida y la dignidad de las personas», evaluó la Cancillería.
Al considerar la detención del gendarme como arbitraria en lo que «constituye un claro caso de desaparición forzada», el Gobierno de Milei destacó la «brutalidad de un régimen que somete a los inocentes y convierte su dolor en una herramienta de intimidación».
«Este caso también pone de manifiesto el carácter de Maduro como un incesante embustero, que distorsiona los hechos para encubrir sus crímenes y perpetuar un relato falso ante la comunidad internacional», sostuvo.
La actual gestión destacó que el Gobierno de Maduro profundizó la detención de ciudadanos extranjeros como táctica para presionar otros Gobiernos, y contabilizó el arresto de más de 120 ciudadanos de diversas nacionalidades «bajo acusaciones infundadas de actos desestabilizadores».
Maduro tomó posesión del cargo este viernes en medio de la tensión ante la posibilidad de González regresara al país para juramentarse como jefe de Estado, pero la líder opositora venezolana María Corina Machado informó que el excandidato no regresará de momento a Caracas, sino cuando las «condiciones sean las adecuadas».
Venezuela celebró elecciones el 28 de julio, en las cuales Maduro obtuvo el 51,95 por ciento de los votos, seguido por González, con un 43,18 por ciento, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
En dicho contexto, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), coalición a la que pertenecía González, divulgó supuestas actas del CNE que probarían que el candidato opositor ganó las elecciones. (Sputnik)