Marta Muriel compartió: «Ayer estuvimos todo el día acondicionando el lugar, sacando barro, agua, libros que se inundaron, todo. Fue considerable, aunque no tan grave como en 2017».
Según detalló Muriel, desde la pavimentación y construcción de una estación de servicio cercana, la biblioteca quedó en una posición más baja, lo que facilita la acumulación de agua en el establecimiento.
«Lamentablemente, sufrimos pérdidas de libros. Aunque en 2017 elevamos las estanterías, algunos libros estaban más expuestos, especialmente los que recientemente habíamos adquirido», expresó.
Destacó el apoyo solidario de los voluntarios que, con su trabajo conjunto, lograron limpiar y acondicionar el lugar para reanudar las actividades: «Fuimos ocho personas, pero gracias a ellos hoy podemos estar operativos».
Respecto a las medidas tomadas después de la inundación de 2017, Muriel explicó a FM La Petrolera 89.3 MHz: «Instalamos una puerta de acceso en el lado oeste, que es donde el agua suele ingresar con más fuerza. Sin embargo, aún debemos considerar más medidas preventivas según las condiciones climáticas».
Por último, resaltó la importancia de la biblioteca para la comunidad local: «Es un espacio muy utilizado. Muchos vienen por trámites, estudiantes aprovechan nuestro servicio de wifi y computadoras. A pesar de todo, seguimos siendo un lugar de consulta y aprendizaje, con talleres para todas las edades».