El presidente Milei denunció el uso político de una noble causa y prometió transparencia en el uso de fondos educativos. Criticó la presencia de figuras políticas tradicionales en una manifestación que, según él, defendía intereses de casta.
En un acto de firmeza, el presidente Milei condenó la politización de la educación por parte de la clase política, asegurando que el gobierno no planeaba cerrar universidades, pero sí auditaría el uso de fondos. La manifestación, que originalmente abogaba por la educación, fue utilizada para promover agendas políticas particulares.
Milei señaló la presencia de figuras conocidas de la política argentina, acusándolas de defender sus privilegios en lugar de abordar las necesidades educativas reales del país. «No vamos a ser cómplices del negocio que algunos hacen con la universidad pública», afirmó.