El Gobierno de Javier Milei ha anunciado una significativa reducción en el Impuesto PAIS, que pasará del 17,5% al 7,5% a partir de septiembre. Esta medida tiene como objetivo aliviar la carga fiscal sobre las importaciones y, en última instancia, beneficiar a los consumidores al potencialmente reducir los precios de los productos importados.
El Impuesto PAIS es uno de los pocos tributos que ha mantenido una recaudación creciente a pesar de la caída en la actividad económica. La reducción prevista busca abaratar los costos de importación y, de forma indirecta, impactar positivamente en los precios que pagan los consumidores finales.
No obstante, esta reducción no aplicará a las compras realizadas con tarjeta de crédito o débito en el exterior, conocidas como «dólar turista». El impuesto del 60% sobre el tipo de cambio oficial para estas transacciones se mantendrá sin cambios, lo que significa que los costos para los viajeros que realicen compras en el exterior seguirán siendo altos.
Se estima que la baja del Impuesto PAIS podría aumentar las importaciones en hasta USD 1.000 millones mensuales. Además, se calcula que esto podría provocar una reducción de aproximadamente 0,7% en la inflación para el mes de septiembre. Sin embargo, existe la posibilidad de que el Banco Central ajuste el tipo de cambio oficial para compensar la reducción del impuesto, lo que podría mantener constantes los costos de las importaciones y afectar el objetivo de mantener el crawling peg del 2% mensual.
En resumen, mientras que la reducción del Impuesto PAIS promete beneficiar a los importadores y consumidores al reducir los precios de los productos importados, las compras en el exterior seguirán estando gravadas con el alto impuesto del «dólar turista». La medida también podría tener efectos secundarios en el tipo de cambio y en la política monetaria del país.