Entre 800.000 y un millón de trabajadores argentinos registrados volverán a pagar el impuesto a las ganancias a partir de un decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial que vuelve a instaurar este tributo retirado a finales del año pasado.
«Incorpóranse como últimos dos párrafos al artículo 98 de la Reglamentación de la Ley de Impuesto a las Ganancias», estipula el decreto 652.
Estarán alcanzados por este impuesto los empleados solteros que cobren al menos 1,8 millones de pesos brutos (1.902 dólares al cambio oficial), monto que se eleva casi a los 2,4 millones de pesos brutos (2.518 dólares) para quienes tengan cónyuge y dos hijos menores de 18 años.
El Ejecutivo que preside Javier Milei restableció este impuesto avalado por el Congreso el 28 de junio al sancionar un paquete fiscal, conocido como Ley de Medidas Fiscales Paliativas y Relevantes, que acompañó otro de los proyectos clave de la actual gestión para desregular la economía, la Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos.
La reglamentación de este tributo, que determina el regreso de la cuarta categoría del impuesto, alcanza los salarios en relación de dependencia, las jubilaciones y pensiones que se perciban a partir de este mes.
El mínimo no imponible de los haberes que estaban comprendidos antes de que se derogara la norma equivalía a quince salarios mínimos.
Las alícuotas, que oscilan entre el 5 al 35 por ciento, supondrán para las arcas del Estado un ingreso equivalente al 0,43 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
El impuesto había sido retirado en septiembre por iniciativa del entonces ministro de Economía y candidato a la presidencia, Sergio Massa, que logró el apoyo del Congreso para derogar la cuarta categoría de este gravámen incluso con el respaldo de Milei, que era diputado en aquel momento.
El presidente lleva adelante un inédito ajuste fiscal que le permitió lograr en el primer semestre del año un superávit fiscal primario equivalente al 1,1 por ciento del PIB, y un excedente financiero, que cuenta los intereses de deuda, de 0,4 por ciento del producto.
La actual gestión, que redujo el gasto primario 32 por ciento interanual en la primera mitad del año con el objetivo de lograr superávit y reducir la inflación, enfrenta una economía en recesión, con una caída de la actividad que en mayo remontó 2,3 por ciento en relación al mismo mes de 2023, tras seis meses consecutivas de caída. (Sputnik)