La jornada parlamentaria del día de ayer en la Cámara de Diputados marcó un hito en el debate sobre la Ley de Bases, con el Gobierno encaminándose hacia la aprobación en general de esta polémica iniciativa. Sin embargo, el proceso estuvo marcado por la controversia desde sus inicios.
Desde el mediodía, los diputados dieron inicio a una sesión sin cuarto intermedio, con la intención de resolver la Ley de Bases capítulo por capítulo en un debate que se estima durará alrededor de 30 horas. El peronismo cuestionó la forma de votación en particular, reflejando la polarización que rodea a esta propuesta legislativa.
Mientras tanto, afuera del recinto parlamentario, piqueteros se movilizaron para expresar su posición ante esta medida gubernamental. En el interior del recinto, los discursos fueron igualmente enérgicos y polarizados.
El jefe de la bancada de Hacemos Coalición Federal, Miguel Ángel Pichetto, criticó fuertemente los discursos de los legisladores, calificándolos como retrógrados y atrasados. Por otro lado, Bertie Benegas Lynch de La Libertad Avanza defendió la iniciativa del Gobierno, destacando la necesidad de dejar atrás lo que él llamó «la época más oscura del país».
Sin embargo, no todos los legisladores estuvieron de acuerdo con la propuesta. Natalia Zaracho de Unión por la Patria denunció que la Ley de Bases no representa los intereses del pueblo argentino, sino más bien los del 1% más rico y las multinacionales.
El debate continuó con intervenciones destacadas, como la de Blanca Osuna, quien acusó al Gobierno de buscar delegar poder en aquellos que, según ella, «odian al Estado». Por su parte, Gustavo Bordet anunció que no apoyaría los proyectos del oficialismo, expresando su preocupación por el impacto en los sectores más vulnerables de la sociedad.